sábado, 4 de diciembre de 2010

un día como otro cualquiera...

Es bueno tener un lugar dónde poder escribir lo que me pase por mi diminuta masa cerebral que aún me queda. 
Nunca está de más que quizás, por alguna casualidad de la vida alguien lea lo que escribo, pero en todo caso, si nadie lo hace, no me voy a desmayar.

Ultimamente llevo todo el día pensando en obligación tras obligación, por suerte algunos de mis objetivos se cumplieron y puedo seguir con ellos, otros no tanto... El punto está en mi TR, un trabajo que vengo jodiendo en este Blog desde hace semanas, ¿por qué? porque consiste en un trabajo de investigación profunda (? que se tiene que realizar a lo largo de todo un  verano para entregarlo (en el caso de MI instituto) en Diciembre, tanto una presentación escrita, como una presentación oral (a la cual no creo que sobreviva porque me entrará un ataque de pánico). Por otro lado, hace UNA semana, cuando me dispuse a comenzar la Parte Práctica, recibí un mensaje de la persona que me iba a ayudar con susodicha parte y así no tendría ningún problema PERO, en su mensaje me explicaba que no me podría ayudar hasta Enero, ¿resultado? I was fucked.
La verdad es que cuando lo leí me desesperé de tal manera que no sabía qué mierda hacer, ni cómo lo iba a solucionar. No me pregunten cómo, pero cuando me veo en ese tipo de situaciones de tensión extrema, mi cerebro actúa de otra manera, cambia radicalmente el chip y me transforma en alguien que solamente piensa en soluciones, las busca y las encuentra sin dejar de luchar. Es digno de ver.

Siempre voy a lo simple, pero con este trabajo me fue imposible, por eso le doy las GRACIAS (de todo corazón) a la persona que no me pudo brindar su ayuda por falta de tiempo; te juro que agradezco que indirectamente no hayamos podido trabajar juntas, gracias a vos me he auto abastecido sola y me he demostrado a mi misma que si quiero, PUEDO.
Gracias.

Estuve toda la semana llevando a cabo este trabajo, puliéndolo, agregando información, investigando cosas que no sabía y demás. Me he pasado horas de recreo realizando mentalmente entrevistas. He ido a fundaciones privadas para solicitar una entrevista con un profesional para mi trabajo, presentándome formalmente y comportándome (aparentemente) como una persona relativamente madura y/o normal.
Me quedé sin tiempos muertos en el colegio para realizar entrevistas y por último, este viernes fue el pico de todo... Realicé dos entrevistas, una a mi ex-profesor de Psicología (Dios te bendiga J) y a una Psicoanalista/Psiquiatra con la que solicité una entrevista por teléfono y ésta buena mujer me cedió una hora y media (o incluso dos) de su tiempo a una simple estudiante de Bachiller (Dios te bendiga a vos también querida). 
Mientras le realizaba la entrevista, no paraba de vibrar mi celular... yo pensé que sería una llamada perdida de mi pelotudo favorito (te quiero, ya lo sabés), pero al parecer, cuando terminé la entrevista (aprox. las 17:15 de la tarde) eché una ojeada a mi celular y no era una llamada, era un mensaje preguntando que dónde estaba, pero ese no era el problema, el problema fue que me lo había mandado hacía ya una hora, me quise matar.
Por eso salí cagando de la consulta con la esperanza de terminar la semana de una buena manera, viéndole a él aunque solo fueran un par de horas. 

Cuando salí de su "consulta" me sentí por un momento plenamente contenta conmigo misma, porque consideré que las cosas me habían salido bien después de tanto esfuerzo y que encima "él" me mandara un mensaje ya era un bonus track.

Llegué a la biblioteca pero él no estaba. Después de mandarnos un mensaje, apareció mientras yo estudiaba la entrevista. 
Ahí estaba él otra vez, con su cara cansada, con ese aguante que tiene, con esa paciencia que tiene conmigo incondicionalmente todos y cada uno de los días. Siempre está ahí, siempre encuentra un pedazo de tiempo para mí, atento y cariñoso, por mucho que me viva jodiendo yo sé que lo hace sin mala intención y se caga de risa. 

Me cago de risa con él, es algo que valoro mucho en alguien. Tiene la capacidad de hacerme reír en cualquier momento o lugar. Es capaz de calmarme con un abrazo y estupidizarme con un beso (pero no te aproveches de ello). 
No me hace falta nada más que verle de vez en cuando para ser feliz.
Sinceramente, nunca pensé que llegaría a sentir esto por él, porque somos amigos desde hace mucho, pero me sorprende todo lo que me pasa por la cabeza con él. Lo demás pasa a un segundo plano, sin más.


Queda claro que me estoy volviendo una idiota sensible, pero el hecho de que él me soporte como lo hace, ya me parece suficiente razón para quererle.

PD: Espero no tener que arrepentirme de todo lo escrito.

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