jueves, 30 de diciembre de 2010

¿casualidades? I don't think so.

"Cada una de las llemas de mis dedos me recuerda algo. Cada momento y lugar, cada roce, cada mirada o cristal empañado."

Fue gracioso el otro día... un amigo vino a visitarme desde su ciudad, tomándose el tren hasta Barcelona solamente para verme y ver cómo estaba después de "todo", Gracias Amigo. Pasamos un buen día, 24 horas seguidas juntos, compartiendo risas y comentarios pelotudos, buen día salvo por el simple detalle de que yo no te podía sacar de mi cabeza, aparecía tu imagen cada dos por tres provocando que perdiera el hilo de mi conversación con mi invitado. Tu imagen era tan nítida en mi cabeza que me daba miedo esa manera de alejarme de las conversaciones, me daba bronca verte ahí como si nada después del "daño" causado, eras un invitado NO deseado. Tengo que reconocer que yo hablaba con mi amigo y le prestaba atención, obviamente, porque le quiero y sé que para él es un esfuerzo venir desde la loma del ojete para verme y no se hace una idea de lo mucho que valoro eso, pero vos te colaste en mi cabeza sin permiso, MERDE.
Entre café y café aparecían los mensajes que nos escribíamos, nuestras conversaciones, nuestras miradas cómplices, nuestros años de amistad... era imposible no pensar en vos cada dos por tres, pero hice el esfuerzo de olvidarte por unas horas y darle paso a mi amigo a que me hiciera feliz y me hiciera olvidar tu abrumadora decepción.
Fuimos al cine, comimos y reimos, GRACIAS por hacerme olvidar durante horas y ser como sos "J", esas personas QUE VALEN LA PENA. :)
Hasta que llegó la hora de irse a dormir, él se retiró a mi cuarto a dormir, mientras yo buscaba una postura decente en plan feto en mi blando sofá color crema, semi-aplastada por Atena.
Caí desmayada a los pocos minutos... y ahí empezó lo peor.

Lo recuerdo perfectamente, ahí estaba yo, en un colegio de primaria con cristales opacos, era casi de noche y yo caminaba por los pasillos buscando algo, no recuerdo el qué. Mientras caminaba tenía esa sensación de disgusto cuando perdés algo y no lo encontrás, hasta que abrí una puerta a un gimnasio (no recuerdo si había gente). Y ahí estabas vos, vestido con ropa deportiva y me limité a quedarme apoyada en la pared, helada.
Te acercaste corriendo y me preguntaste "¿Estás bien?" me diste un beso, me abrazaste y me volviste a mirar, yo mientras te miraba atónita, estaba como adormecida. Te devolví el beso, te miré enojada y me fuí asustadísima. Recuerdo perfectamente como me latía el corazón, rápido, frenético, a punto de estallar. Empecé a caminar y a subir escaleras mientras escuchaba pasos tras de mí, supuse que eras vos, por lo que abrí una puerta y me encerré al otro lado, escuché un último ruido y me desperté. 

Me senté de golpe y sentí como el corazón se me salía del pecho, te veía tan real en el sueño que me asusté, fue como si de golpe me hubiese dado cuenta de hasta dónde te había perdido y ahí lo entendí, tarde o temprano ibas a volver, por alguna razón tenía la sensación de que todo no se podía terminar ahí, faltaban cosas por decir aunque el miedo a que no volvieras a aparecer me estaba superando.
Pasaron las horas, vinieron visitas y entre risa y risa (sin pensar en vos), APARECISTE.

¿Casualidades? I DON'T THINK SO... ;)

1 comentario:

  1. Me limito a decir que me gustaría estar en la presentación de algún libro tuyo en el futuro. Nada mas.

    ResponderEliminar