viernes, 12 de agosto de 2011

Chica "Castaña".

No recordaba lo que era tener miedo, por no decir pavor, a sentirme vulnerable frente a alguien.
Todo se ha de decir, que me encanta esa sensación de plenitud a tu lado, eso no cabe discusión. Pero tengo terror a perderte de nuevo, a no volver a saber de ti y que desaparezcas, o todavía peor, de tener que eliminarte para siempre de mi vida.
Lo he intentado. Intenté olvidarte, intenté con todo mi ser buscarte todos los defectos y así facilitarme la existencia y al mismo tiempo facilitarte a vos el trabajo. He llegado a intentar provocar que me odies, tratándote mal, ser cortante, ser alguien que contigo no puedo ser, ser una franca hija de puta, pero no puedo, con vos no puedo.
Cada vez que te veo, que te miro, no controlo nada. Rompes todo lo que organizo, todos mis planes, mi todo.
No puedo evitar mirarte con ternura, con la esperanza de que te des cuenta de que lo que digo, hago y siento es sincero, es de verdad.
Es como si cada vez que te noto cerca fuera la primera vez, esa emoción de no saber qué hacer o decir, que me lleva simplemente a ser quien soy, una idiota de nacimiento que lo único que sabe es actuar como es, porque no me sé más papeles.
Adoro cuando te quedas mirándome sin razón y a mí no se me ocurre nada mejor que semi gritarte "¿QUÉ?" porque no cabe en mi diminuto cerebro que me mires simplemente porque yo te interese, no me cabe.
Recordarte durmiendo a mi lado, con los ojos cerrados, respirando relajado, con los labios entreabiertos, abrazado a mí, notando como te beso la frente y empezabas a emitir sonidos de reproche. No puedo evitar sonreír al recordarlo, tu estampa adorable, es una de las muchas cosas que adoro de vos. Que me abraces, que me provoques mini infartos, que me beses, que me soportes, que te preocupes, que me busques, que hagas el esfuerzo de seguir ahí para mí a pesar de todo.
¿Sabes lo que es despertarse recordando momentos de la noche anterior? Nada más despertarme ya estás en mi cabeza, carcomiéndome por dentro, provocándome hormigueo en el recuerdo, cediéndome el derecho a volverme una idiota cuando te pienso. Esa sensación de nerviosismo al recibir un mensaje tuyo, leerlo y comprobar que sigues ahí, que mi miedo a perderte se va aunque sea durante un rato más.
Todo lo que escribo suena a cuento, a cuento chino sin sentido, a palabras rosas y cursis, pero no hay otra manera de describirlo, en verso quizás, pero yo de poeta tengo lo mismo que de cuidadora de reptiles del zoo.
Yo quizás no seré la chica ideal para vos, ni la mejor, la más linda, la más inteligente, pero no me importa, porque SÍ que me veo capaz de ser la chica encargada de hacerte feliz y que vos seas el chico que me haga feliz.
Siempre fui la típica chica que renegaba del amor, del cariño, una chica complicada por razones de la vida, una chica como la que me dijiste vos "como una castaña" ruda por fuera y tierna por dentro. Hay pocas personas que me conozcan mejor, creo que mi viejo y pocas personas más.
¿Qué te puedo decir que no te haya dicho ya?
Que me haces falta, que por el camino que vamos vas a terminar por tener razón, y me alegro de ello, porque no me interesa estar al lado de nadie que no seas vos. 
Porque te quiero, y si lo hago, para variar, es de verdad.


P.D: Y me chupa un huevo y medio lo que me digan los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario